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Las historias se deshacen
En la boca del hermano

El primer ruiseñor de la mañana
Abre los ojos
Y comienza a dirigir la orquesta
Que debe acompañarnos
Durante el resto del día.

Una infantería de grullas
Empieza a preparar su inevitable armamento
Su temible arsenal
 Qué debe protegerte
De los curiosos ratones hambrientos
Qué salen de sus casas
Atraídos por el dulce olor a cloro
y el aceite.

Las historias se deshacen
En la boca del hermano
Del vecino
Del padre

La comunicación ya no es algo plausible.

Y así como el cloro
El aceite
O el caramelo

Todas las ratas acabamos durmiendo juntas
deslizandonos por la fina reja de una alcantarilla
Esperando qué alguien mañana nos proteja.