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 En la incomodidad del amor me desperté hoy.

 Ya no quedan más palabras entre nosotros salvo la confesión o la despedida, 

la admisión del amor o la renuncia a nuestra mutua compañía. 

Siento que esto sea todo lo que me quede por transmitirte ahora. 

Me pregunto si la mejor decisión es desaparecer de tu vida,

 pero soy egoísta y no se alejarme de lo me obsesiona.

 Ahora ya puedes elogiar a cualquiera menos a mí, 

 más por ello no dejarte de quererte, 

sino tan solo ignorar la luz que te enfocaba.

 Lo siento, 

porque tus sentimientos no sean claros hacia mí,

 pero no hay duda en el amor excepto cuando este es insuficiente. 

Perdona por dedicarte estos versos,

 que tanta amargura desprenden, 

pues tú no hiciste más que  ofrecerme un hogar, 

a partir de ahora no seré más que tu compañero


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